María, una freelance, descubrió cómo optimizar sus deducciones fiscales. Al registrar meticulosamente sus gastos profesionales, logró reducir su Impuesto sobre la Renta (ISR) de manera significativa.
Juan, dueño de una pequeña empresa, aprendió a beneficiarse del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en sus exportaciones. Al seguir las regulaciones y documentar correctamente, pudo obtener reembolsos por las ventas al extranjero.
Carlos, un comerciante, evitó problemas con el Servicio de Administración Tributaria (SAT). Al conocer los límites para depósitos en efectivo, ajustó sus transacciones para no exceder los 15,000 pesos al mes
Laura, heredera de una fortuna, buscó asesoría para minimizar su Impuesto al Patrimonio. Mediante una estructura legal adecuada, logró preservar su riqueza sin incurrir en cargas tributarias excesivas.
Roberto, gerente de recursos humanos, implementó estrategias para reducir el Impuesto sobre Nómina en su empresa. A través de bonificaciones no gravables y beneficios fiscales, logró aliviar la carga impositiva de los empleados